Nos
damos cuenta entonces que son varios los que están ahí; por un lado
la mente que procura dominar y dirigir al yo, luego está el corazón
que desde las emociones quiere convencer para hacerlo de otra manera…
y está quien observa a esos dos, que es la Conciencia del Ser.
El
conflicto y el sufrimiento en nosotros, se crea cuando esas partes no
están de acuerdo y en situaciones donde se requeriría la unión y
la armonía, se desata la lucha. En
la medida en que la Conciencia esté presente en cada acto de nuestra
vida cotidiana, estamos viviendo con todos los sentidos externos e
internos; desde nuestro Ser.
Cuando
consigamos esa fusión entre todas nuestras partes; cuerpo, mente,
corazón y espíritu, entonces, desde ese equilibrio perfecto,
viviremos con la certeza de que somos Luz, de que somos un Ser de Luz
eterno, y de que nuestro propósito de vida es simplemente vivir la
vida, como criaturas divinas que somos, desde la alabanza y el Amor
universal, aprendiendo de esta experiencia humana que hoy nos toca vivir.
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