1.
Revitalizar
cada cuerpo aural o energético y con ello el cuerpo físico.
2.
Provocar
el desarrollo de distintos aspectos de la autoconciencia, pues cada Chakra está
relacionado con una función psicológica específica.
3. Transmitir energía entre los niveles aurales, ya
que cada capa progresiva existe en octavas de frecuencia siempre crecientes.
Según el hinduismo y algunas culturas de Asia, los chakras son
seis (o siete, según la teosofía) centros de energía inmensurable (no medible de ninguna manera)
situados en el cuerpo humano. La palabra sánscrita Chakra significa ‘círculo’ o ‘disco’.
Según
el Sanskrit-English Dictionary del británico Monier Monier-Williams (1819-1899), los Chakras no son siete sino seis. A cada Chakra se
le asignaría un color; son visualizados como flores de loto con distinta
cantidad de pétalos en cada Chakra. Cada uno de estos centros se asemejaría a
una flor abierta y poseería ciertos colores, según en donde se localizan. Asignar los siete colores de la luz visible a
los siete Chakras, y en el mismo orden en el que aparecen en el espectro (rojo
para el primer Chakra, naranja para el segundo, amarillo para el tercero, etc.)
es una mera conjetura occidental que no tiene base alguna en la tradición
yóguica o tántrica, ni en la experiencia de los yoguis, ni en las representaciones
pictóricas tradicionales de Oriente.
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