La enfermedad no se reduce solo aliviándola. El trabajo con el alma supone ir mas allá de lo obvio, mucho mas allá del hoy e incluso de las personas que existen actualmente en mi vida.
La aparición de algún evento doloroso, crisis o enfermedad, nos enfrenta casi siempre a nuestro mundo más inconsciente y oscuro, en las tinieblas de la sombra.
La genealogía asume como reales las energías de nuestros antepasados y la influencia que ellos y sus nudos conflictivos tienen en nuestra vida actual, esto sumado a la energía latente en el lugar más sombrío de nuestra personalidad.
Considero fundamental enfrentar al dolor cara a cara con mi lado oscuro, reconociendo su influencia en mis síntomas. Luego, vendrá el proceso de apropiación de la sombra para saberla mía y así comenzar a "abrazarla".
Debo reconocer el dolor y comenzar a atenderlo como cuando un bebé llora. Si lo alzo y lo contengo, al poco tiempo se calma y desaparece el llanto. Mi dolor reclama atención, no pide que lo disimule y enmascare con psicofármacos.
Cuando comienzo el proceso de abrazo y atención, la consciencia se abre a los mensajes que ese dolor tiene para mí, como comprender que significan nuestros síntomas y que nos esta sucediendo de verdad...
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