Desde
que somos bebés, estamos expuestos a muchas circunstancias y
experiencias que nos provocan estrés, ansiedad y emociones de
desesperación e irritación. Estas emociones a decir verdad no son
ni buenas ni malas, son sólo reacciones que tenemos cuando ocurren
ciertas circunstancias y nos tratamos de adaptar lo más
positivamente a ellas. Sin embargo, cuando
sentimos estrés o ansiedad, en el cuerpo se generan muchas
resistencias, los músculos se contraen, la respiración se hace
entrecortada, el corazón bombea más rápido y el sistema nervioso
se irrita y sufre desgaste. Además,
la energía vital del cuerpo no puede circular apropiadamente, lo que
hace que se estanque en determinadas zonas del cuerpo y puede
provocar más tarde todo tipo de afecciones.
Actualmente,
el estrés se ha vuelto parte común de la vida diaria, se ha
aprendido a vivir con él, los síntomas son evidentes: estamos con
prisa durante el día, nos sentimos irritables o desesperados,
tenemos la cabeza llena de ideas vagas y pensamientos que no nos
llevan a ningún lado, forzamos a la mente a responder sin detenerse
a descansar, la rutina diaria es mecánica y exigente, tememos no
tener esto y lo otro, hay una tensión constante por que no se quiere
perder lo que se quiere y se tiene, por el futuro, por lo que podría
venir...
Muchas
son las circunstancias que pueden causar estrés, y cuando no somos
conscientes de aquello que provoca el estrés y le damos una solución
que nos lleve a la tranquilidad, entonces caemos en actitudes
evasivas, tratando de suprimir esa especie de tensión interior con
placeres superficiales que de momento barnizan con una calma
artificial, pero que a la larga solo crean más soledad, tensión y
ansiedad, lo cual no nos permite disfrutar la vida de formas más
plenas y satisfactorias sino que nos va alejando de ella, nos
volvemos sobrevivientes, no estamos realmente viviendo, disfrutando.
Saber
que nos causa estrés, ansiedad o sentimientos de irritación y
desesperación no es en realidad muy difícil. Lo primero que habría
que hacer es empezar por descargar al cuerpo de toda esa energía
contenida que no nos permite concentrarnos en lo que sentimos. Para
esto, nada mejor que las terapias de relajación, las cuales son
excelentes alternativas para que el cuerpo recobre su estado de gozo
natural, y podamos entonces darnos el tiempo para reflexionar acerca
de aquellas situaciones a que nos provocan conflicto, y encontrarles
quizá una nueva forma de resolverlas.
A
continuación, te muestro algunas de las terapias de relajación más
efectivas, no te olvides de llevar a cabo alguna de ellas a
menudo (la que prefieras), verás como mejora tu vida en todos los
sentidos.
1. Terapia
Bioenergética:
la terapia bioenergética es una forma muy efectiva para liberar
tensiones acumuladas desde hace tiempo atrás. Con esta terapia
podrás no sólo desahogarte emocionalmente, sino podrás empezar a
enfocar las cosas desde una nueva perspectiva, pues el cuerpo es una
extensión de la mente. Si sana el cuerpo, sana la mente. La terapia
consiste en un masaje de desbloqueo, apretando determinados puntos en
los meridianos del cuerpo donde se ha acumulado tensión.
2. Yoga:
esta práctica milenaria es una de las favoritas para ayudar a poner
el cuerpo y la mente en un estado de profunda paz y
receptividad. Puedes hacer yoga ya sea instruyéndote con un libro,
un video o con un instructor. Los resultados son realmente
satisfactorios.
3. Haz
ejercicio:
hacer
ejercicio es una de las formas más amenas y placenteras de liberar
tensiones. Para que el ejercicio sea realmente un momento de
retroalimentación emocional, podrías complementarlo visualizando
cosas que te gusten o formas creativas de vivir tu vida.
4. Taichi: el
taichí es un ejercicio que requiere de mucha concentración para
realizar movimientos suaves, coordinados y armónicos. Es un arte que
te ayudara a liberar tensiones y te ayudará a desarrollar un
pensamiento enfocado y creativo.
5. Los
masajes:
hay en la actualidad muchas técnicas para realizar masajes de
relajación. El masaje sueco, tailandés, con piedras, etc. son
alternativas muy efectivas para que tu cuerpo descanse de los
corrosivos efectos del estrés.
6. Musicoterapia:
el pensamiento es un arma poderosa para crear estados anímicos. La
musicoterapia es una alternativa la cual, por medio de la música, te
ayuda a conectar con pensamientos y emociones placenteras que te
ayudaran a retroalimentar tu mente y a crearte estados de
tranquilidad, seguridad y plenitud. Es una terapia que da resultados
sorprendentes, sobre todo cuando se le conjuga con la visualización
dirigida.
7. Visualización
dirigida:
por medio de imágenes, voces, música e incluso aromaterapia, se te
ayuda a retroalimentar tu mente con pensamientos de tranquilidad,
abundancia, amor y plenitud. Es una forma deliciosa para entrar en
contacto con lo que hace sentirse entusiasmado a tu corazón.
Cualquiera
de estas terapias puede ayudarte a sanar afecciones, a evitar el
insomnio, mal humor, desesperación, a animar tu corazón y a
volverte más creativo y con seguridad. Pero sobre todo, las terapais
de relajación pueden ayudarte a contactar con aquellas cosas que
realmente disfrutas, divierten y admiran de ti mismo, las
cuales hacen la gran diferencia entre estar solamente
sobreviviendo, y no viviendo y gozando realmente tu vida.
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