viernes, 24 de mayo de 2013

De dentro hacia afuera

Nuestro desarrollo y nuestra expresión, siempre debe ser de adentro hacia afuera, porque todas nuestras capacidades surgen de un núcleo primordial interno. Por naturaleza deberíamos gestar, desarrollar y expandir lo que ya tenemos dentro, lo que ya somos.
Desgraciadamente, lo estamos haciendo al revés; nos empeñamos en meter dentro cuando lo que tenemos que hacer ahora mismo es ELIMINAR, vaciarnos de todo lo inútil, barrer todas las ideas y pensamientos que hemos ido recogiendo de aquí y allí, revisar y actualizarese núcleo al final de cada etapa, pero sobretodo: resurgir RENOVADOS.

Existe una dimensión superior y espiritual en el ser humano, de la que no hacemos o raramente hacemos uso. En ella está localizada nuestra energía vital más refinada: La Luz.

La materia es la cristalización de esta energía que se mueve desde el nivel vital instintivo y va subiendo y cubriendo los niveles emocional y mental primarios, hasta alcanzar los niveles superiores de los mismos (si consigue trascender los niveles elementales) y lograr así la unión con la Conciencia Suprema, más allá del plano personal e individual.

Según el grado de energía vital en nosotros, ese es el grado de vida sana y de bienestar mental y emocional que adquirimos. Acrecentarla, significa elevar nuestras capacidades de conciencia. Cuanta más energía en el nivel vital de nuestro ser, más entusiastas y optimistas seremos, más fluirá en nosotros (con entera facilidad) para impulsarnos (-siempre- a una vida mejor, a un estado superior).


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