Partiendo
de la base de que somos energía, si dedicamos unos minutos cada día
a ir hacia nuestro interior y percibirla, tendremos una mayor
comprensión de nosotros mismos en todos los sentidos y niveles.
Nos
encontraremos primeramente, con todo lo que reprimimos y nos causa
tensión (que luego se transforma en malestar y dolor). Expresar las
energías, entendiendo que todo pensamiento, sentimiento y emoción
son ENERGÍAS, nos ayudará a deshacernos de todas esas tensiones
negativas, evitando se formen bloqueos en nuestros centros
energéticos.
La
cuestión está en que nos comportamos como si no
fuesemos
los dueños y responsables de nuestro cuerpo físico, de nuestra
mente y de nuestras emociones. Es por ello, que debemos tomar
consciencia, "coger al toro por los cuernos" y ponernos
manos a la obra para re-equilibrarnos y permanecer sincronizados y
fluyendo, tanto con nuestra propia energía vital como con la nueva
energía que se crea a nuestro paso.
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