viernes, 7 de junio de 2013

Contactar con el Problema

Combatimos al enemigo creyendo viene del exterior, pero son los traumas y conflictos internos los que ocultan la hostilidad que generan sufrimiento, dolor y enfermedad en nosotros.

Nuestra actitud ante la vida es lo que alimenta y fortalece nuestro ánimo diariamente: cuando es fuerte, nos ocupamos de las cosas desde la confianza y seguridad en nosotros mismos... pero cuando el enfoque mental es negativo, eso nos debilita y hace que nuestro ánimo esté decaído, por lo que nos cuesta resolver los conflictos y tomar decisiones.

Todos tenemos inseguridades y miedos inconfesables, al igual que tenemos resistencias a los cambios. Si no controlamos y desarrollamos nuestra mente, ella nos domina desde la inflexibilidad y la obstinación. Por ello, hay que profundizar en nosotros mismos, bucear en nuestro subconsciente para ir a la raíz de esos patrones rígidos que gobiernan nuestra vida y de los que no sabemos liberarnos.

El proceso de sanación implica una evolución gradual, a partir del hecho de tomar responsabilidad de nuestra propia vida. Se trata de un despertar y sucede en un momento particular en que decidimos, conscientemente, hacer un cambio en nosotros. Abandonamos totalmente el justificarnos y contactamos con el problema.

A partir de ahí la relación entre tu cuerpo y tu conciencia se activa. Vas hacia tu interior para comenzar a despejar la tensión entre el cuerpo y la mente. Respiras profundo y conectas con tu ser que te guía en ese proceso de liberación.

Lo importante no es todo lo que sueltas de tu pasado y que te oprimía (alégrate): Lo importante es que ahora hay espacio suficiente para que el Amor que hay en tí se expanda (agradecelo).

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