miércoles, 5 de junio de 2013
Valor
La
semilla no puede saber qué va a suceder, la semilla nunca ha
conocido la flor. Y la semilla no puede siquiera creer que tiene el
potencial de convertirse en una hermosa flor. El camino es largo, y
siempre es más seguro no recorrer ese camino porque el trayecto es
desconocido, nada está garantizado.
Nada
puede ser garantizado. Mil y uno son los riesgos del camino, son
muchos los escollos – y la semilla está segura, escondida dentro
de una dura coraza. Pero la semilla lo intenta, hace un esfuerzo,
tira la dura concha que es su propia seguridad y comienza a moverse.
Inmediatamente la lucha comienza: la lucha con la tierra, con las
piedras, con las rocas. Y la semilla era muy dura y el brote será
muy, muy suave y los peligros serán muchos.
Una
pequeña flor silvestre que se ha encontrado con el reto de rocas y
piedras en su camino para emerger hacia la luz del día. Rodeada de
un aura de brillante luz dorada, expone la majestuosidad de su
pequeño ser. Desvergonzada, es igual al sol más brillante.
Nada
puede ser garantizado. Mil y uno son los riesgos del camino, son
muchos los escollos – y la semilla está segura, escondida dentro
de una dura coraza. Pero la semilla lo intenta, hace un esfuerzo,
tira la dura concha que es su propia seguridad y comienza a moverse.
Inmediatamente la lucha comienza: la lucha con la tierra, con las
piedras, con las rocas. Y la semilla era muy dura y el brote será
muy, muy suave y los peligros serán muchos.
Una
pequeña flor silvestre que se ha encontrado con el reto de rocas y
piedras en su camino para emerger hacia la luz del día. Rodeada de
un aura de brillante luz dorada, expone la majestuosidad de su
pequeño ser. Desvergonzada, es igual al sol más brillante.
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