martes, 13 de agosto de 2013

La Meditación

Para nosotros los occidentales no es nada fácil la práctica de la Meditación, que tanto nos aconsejan ahora, porque ya nacemos con el estigma de que hay que HACER. Ya desde niños nos gritaban “niño no estés parado sin hacer nada!”.  Nos grabaron a fuego de que somos según hacemos y tenemos. Por eso nuestra mente siempre está en ebullición midiendo, controlando, calculando, planeando… el estado contemplativo se valoraba como “eres un vago”.
 
No es nada fácil, más bien nos crea ansiedad y frustración. Abandonamos la práctica porque nos duele la espalda y las rodillas y no conseguimos estar más de tres minutos quietos… quisieramos poder meditar, hasta nos da envidia sana por los que dicen que meditan media hora…Pero, ¿qué es exactamente la meditación y cómo conseguir estar sentados sin hacer nada?.

La Meditación se consigue con la doma del Ego-Mente. No se puede imponer como obligación. No debemos dejar que la mente entre en el juego de rebelarse y boicotearla. Tenemos que desear grandemente conseguir la paz interior en nosotros. Y confiar que la meditación nos lo va a proporcionar. A partir de ahí la clave está en la paciencia y la perseverancia.

No forzar nada. El primer día es suficiente el tiempo que podamos estar en quietud y disfrutar del silencio, aunque los pensamientos se arremolinen en nuestro cerebro, sólo seremos observadores pacíficos. Que sólo hemos estado tres ó cinco minutos, suficiente. Cada día nos pondremos nuevamente con la intención de  meditar sin sobrepasar nuestra capacidad de estar en quietud e iremos añadiendo minutos acorde al flujo natural de nuestro ser. 
Teniendo presente que la Meditación nos lleva al estado de Quietud y de pacificación de nuestros pensamientos.

La Meditación sería el vehículo que nos lleva hasta nuestro Ser esencial.
La Meditación abre las puertas celestiales en ese instante que conseguimos trascender la materia...

No hay comentarios:

Publicar un comentario